martes, 8 de noviembre de 2011

Una carta a tu partida



Por cosas de la vida deje que el viento te llevara, mientras tu pensabas que no te quería, que ya no quería darte la vida o que me era demasiado darte lo que me quedaba. Pues no, no era eso.

No te imaginas las veces que te busco con la mirada, como sigo a la brisa a ver si te encuentro y cuanto he pedido al cielo vivir de nuevo envuelto en tu aliento.

Y por ti y otra mas por ti, me cuestas lo que ya no tengo, me pesas el mundo y un poco mas, me secas el llanto y me había jurado no llorarte… y es que tampoco pensé que fuera tan doloroso recordarte, me invaden las ansias de tenerte, de tocarte, de extrañarte.

Me falta tanto, tanto… y es que tanto amor me quitaste que hasta me haces falta para poder vivir, ojala entendiera porque. Siempre creí que me había enamorado y ahora lo entiendo, solo me enamore una vez.

Y justamente ahora hace mas frío, precisamente hoy, quería tus brazos enredados en mi para sentirme caliente y seguro y no sentir la aplastante soledad al no tener con quien hablar.

Últimamente me he sentido feliz y orgulloso, conforme y optimista, porque casi todo esta bien… casi todo. Hoy tuve antojos de tus labios, ansias de una caricia, anhele sentir tu boca seduciendo a la mía, mientras tu respiro simplificaban suspiros en cortos besos que no me dejan dormir. Hoy, me arrepentí de verte partir, siento un calor del pecho al rostro que me resulta en llanto… y es que te extraño tanto, tanto.

Nunca pensé que me dolerías tanto, pero aprendí a no decir lo que no pueda cumplir y cumplir lo que diga, aunque para hoy, ya sea tarde.

Ojala una frase complete la otra, ojala el viento se devuelva y te traiga a mi, ojala esta carta algún día llegue a ti. No se si te pasa igual, que patético mi ser, que débil mi corazón que aun no logra arrancar esa maldita espina que me clavaste, esa que odio y amo tanto como para jamás poder olvidarte.

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