martes, 8 de noviembre de 2011

Tiempo

Hoy... el tiempo se reflejo en los párpados y se devolvió en contra del viento buscando libertad. La dicha del recuerdo me llevó a tu encuentro, sumergido en tu alma formando parte de tu cuerpo... Latiendo, soñando... tal vez, hasta amando.
Qué tienen los ojos, si cuando los cierras aún te siguen viendo? Aún tu silueta dibuja tu rostro sobre la sombra y al abrirlos se tienden a despertar.
Qué tienen las preguntas? Si las respuestas están dispuestas a la ausencia de los amantes, mientras algunos callan para interrogar el silencio... el alma guarda palabras que se desvanecen con el tiempo.
Qué tiene tu piel...? Ese envoltorio de tu cuerpo que resbala el sudor en gotas de perfume... Esa suave textura que al roce de mis manos forman caricias.
Qué esconde tú aliento? si trae de tu boca la esencia de un beso... tu sabor... tu vida... Aliento que envuelve en misterio a dos labios que en silencio aprendieron a amar.
Qué existe en la memoria de un sueño? Será tu aliento? Dando el respiro de una pausa tras un beso...
Será tu piel? Generando temperatura mientras los cuerpos se tocan.
O sera solo el suspiro que germina de tu boca, las ansias de querer amar.
Qué envuelve la pasión? Cuando en razones químicas no cabe atracción.
Qué hay entre las preguntas? Que gastan la memoria en excusas para no responder.
Qué hay de las respuestas? Si las frases no sienten, la pasión no tiene forma y entre los labios no existe espacio para dejar de amarse.
Qué existe entre el tiempo y tu encuentro?
Una serie de preguntas que albergan ansiedad, un complot entre las horas y la velocidad, una distancia que nunca logran alcanzar, un sueño sin despertar.

Hoy, cerré los ojos, el tiempo se reflejó en la ausencia, la distancia venció a la velocidad, mientras el misterio revelaba en cortos instantes, el perfecto espacio para nunca dejar de amarte.

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